Xuntanza nel actu de presentación de la campaña Xusticia social


El pasáu llunes preséntose nel salón d'actos de la Casa sindical de Xixón la campaña "Xusticia Social" que llevarase a cabu esti añu dende Asturies en pie. Esta iniciativa surde de delles persones deteníes n'estremaos conflictos: minería, fuelga 14 N, despidos d'empreses,...Equí vos dexamos el so comunicáu conxuntu:

Manifiesto contra la represión, contra la persecución a la lucha obrera 
y  social, por el derecho a la protesta.

No cabe duda de la desesperada situación por la que están pasando millones de personas en Asturies y en el Estado español. Despidos, cierres de empresas, paro, pérdida de viviendas, familias arruinadas, pobreza..., están generando una serie de protestas sociales cada vez más intensas.

La rabia popular va en aumento cuando se comprueba la excesiva riqueza en la que vive una minoría privilegiada y la patente impunidad que rodea a una corrupción política y económica cada vez más generalizada.

La explosiva situación social que se está creando, está siendo contestada desde el Gobierno con una escalada desproporcionada de la represión, en la que la brutalidad policial, las detenciones y encarcelamientos arbitrarios y la proliferación de exageradas sanciones económicas sin ningún sentido, hacen desaparecer en la práctica todos los derechos y libertades civiles.

Los mismos que nos despiden, que nos quitan las medicinas, nos cierran hospitales, nos niegan la educación, hacen desaparecer los servicios sociales y nos obligan a vivir en la miseria, no dudan en gastar millones de euros en material antidisturbios para lanzarse a una política represiva en la que los trabajadores y trabajadoras, que son las verdaderas víctimas de la crisis, son tratados como delincuentes cuando salen a la calle con el único objetivo de pedir un trabajo y una forma de llevar el pan a su casa.

Así, durante este año, tendrán lugar en Asturies juicios importantes, con peticiones de cárcel y multas millonarias, a personas que participaron en la luchas obreras, en la huelga general del 14-N, en el conflicto minero, en Cajastur, Tenneco..., y en las luchas sociales que se desarrollaron en los últimos años.

Este sistema capitalista que nos gobierna, nos condena al paro y la miseria sin darnos otra alternativa que salir a la calle a pelear por nuestros derechos más básicos. Pero en esa lucha, nos imponen otra condena aún peor: la represión y la cárcel.

En este sentido, la llamada Ley Mordaza, que llega a prohibir hasta el simple derecho de reunión y elimina cualquier posibilidad de defensa jurídica, terminará por hacer desaparecer todos los derechos civiles, devolviéndonos a unos tiempos pasados, que nunca pensamos que podrían volver.

Quienes sufrimos la represión nos enfrentamos a ella, sin embargo la entendemos como una consecuencia, nefasta pero inevitable, de nuestra lucha. Y sabemos que no será fácil ganar esta batalla.

Denunciar la represión es necesario en momentos concretos, pero no es lo que nos hará avanzar. Tenemos la obligación de dar toda nuestra solidaridad a quienes sufren la represión, pero pasar revista, una y otra vez, a todos los casos de represión que sufrimos, no hará que ganemos esta guerra.

Es cierto que la represión puede conducirnos, incluso, a la cárcel. Pero no tenemos miedo; nuestro compromiso con los derechos civiles y la justicia social seguirá firme a pesar de las consecuencias. Ni frenarán nuestra lucha ni impedirán que otras personas se sumen a ella, porque la acción antirrepresiva no es nuestro objetivo principal, sino una parte más de nuestra lucha contra un sistema opresor y criminal.

Este sistema capitalista no sirve, por mucho que le reformemos, lo democraticemos o lo reconstituyamos. Y la represión es una parte inseparable de ese sistema. Por eso, la batalla contra la represión no la ganaremos planteándola aisladamente del resto las luchas que estamos librando.

Sólo hay una forma de avanzar: reforzar e intensificar las luchas por las que sufrimos la represión. Tenemos que impedir que personas, nativas o inmigrantes, se mueran a las puertas de los centros sanitarios en los que sólo se atienda a quienes tienen dinero para pagarlo. Tenemos que impedir que, otra vez, sólo los ricos tengan acceso a los estudios. Tenemos que impedir que las personas con necesidad de atención social, acaben tiradas por las calles. Tenemos que impedir que el simple hecho de protestar nos lleve directamente a la cárcel. No podemos permitir que todo esto ocurra, mientras banqueros, empresarios, especuladores y políticos corruptos amasan fortunas obtenidas ilegalmente y en la más absoluta impunidad.

La realidad que se nos echó encima es que la gran mayoría de la clase obrera está abocada a la miseria. Asturies está en quiebra y todo se está viniendo abajo. El capitalismo viene a por todo, su ofensiva es total y, por ello, la respuesta de la clase obrera asturiana tiene que ser total. En el punto en el que estamos, nadie va a sobrevivir aisladamente: o nos salvamos todas y todos juntos o todas y todos arderemos en la misma hoguera.

La batalla empieza a ser, no ya por la libertad, sino por nuestra propia supervivencia. Este sistema capitalista que nos imponen, está reduciendo a escombros el mundo en el que vivimos, y esta realidad no la vamos a cambiar hurgándonos las heridas, sino sumando luchas y voluntades.

Y en esta pelea, cada persona represaliada debe ser una prioridad en nuestra acción solidaria. La consigna es clara: ¡ni una persona sola ante la represión!.

Es necesario hacer un nuevo esfuerzo, pero no para recuperar la criminal economía capitalista, sino para echar fuera lo que nos sobra: el capitalismo, sus gobiernos, sus banqueros y su patronal.